martes, 30 de octubre de 2012

(I Parte) Mí crónica FudeNaS 2.012.

Todo apuntaba diferente para esta nueva edición. Me había preparado mucho más y mejor doblando el nº de km realizados el año pasado.
Apuntaba a ser otro fin de semana especial y diferente con los amigos, compartiendo amistad y sobre todo mucha actividad deportiva como así resultó. El viernes fue el día más duro, más gris; traslados,  barco, guagua, colas y mucha espera (aquí debo decir que se puede mejorar).  Por la noche nos fuimos a comer, a cargar hidratos con vistas a lo que nos esperaba el sábado y domingo.
Llega el sábado por la mañana, un verdadero espectáculo de bicicletas, más de 1700 bicis para tomar salida. Nuestro equipo con muchas ganas y decididos a hacerlo bien. Este año habíamos acordado ir por separados (el año anterior esperábamos unos por otros), no resultó bueno porque cada uno tenía ritmos diferentes y objetivos también diferentes.
Nada más comenzar empezamos a separarnos. Miguel y Pablo delante como motos (inalcanzables), detrás durante un tiempo les seguía yo y Emilio detrás mío. Pasando los km comprobaba que no me encontraba muy bien de estómago, con ganas de erutar, con gases en el estómago que me hacía ir incómodo. Al tiempo me pasaba también Emilio, no podía cogerme a su rueda, seguía con molestias.
Este año la primera etapa era más dura (con diferencias, así lo comentaban casi todos) 68 km de rodar y rodar con muy poco terreno a favor y muchas más subidas. Estaba pidiendo el final, llegué con un cansancio increíble. Salimos sobre las 10:10 horas y entré a las 13:55 horas. Pablo y Miguel entraron a las 13:45 y Emilio a las 13:50 horas, con lo cual no había perdido tampoco tanto tiempo.
Al llegar pudimos comprobar que no había llegado muchos corredores, hicimos un buen tiempo.
Entonces, con la experiencia de otras tantas historias me centré en comer, recuperar lo máximo posible.
Después de la comida (que el ejercito se esmera de verdad) fuimos a tomarnos algo dulce, café y coca cola, después de un buen masaje de relajación de piernas (yo pedí que me trabajara un poco la espalda ya que los riñones me dolían bastante). Luego a dormir una buen siesta hasta las 18:30 horas. Después nos fuimos al césped del estadio a tomar los últimos rayos de sol, hablar de lo sucedido y de lo que nos esperaba al día siguiente.
Nuevamente a comer ya en la cena puesta por la organización, nada más terminar me despedí de los amigos, me fui corriendo a dormir, tenía 90 km por delante y ya tenía las piernas cansadas.Destacar que otra vez y van dos años seguidos no pinchamos ninguno de los cuatro en los dos días al igual que ocurriera el año anterior.
Me iba a dormir con el pensamiento de que había hecho un buen papel pero quedaba rematar la jugada y para ello tendría unos 90 km en unas condiciones que son muy especiales, hay que ver cómo llegas al final en la meta....... pero eso lo contaré mañana en la II parte.

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